jueves, 1 de abril de 2010

La Soberbia de Cristina.


La derecha no odia a Cristina por la soberbia, la soberbia de Cristina sólo le crispa el odio que ya le tenía.

La odia porque le puso una cuña en medio de su vida placentera llena de preocupaciones anodinas: Cristina le pone en la nariz la política en su faz más convulsiva, la confrontativa, la que representa sin titubeos el escenario de la realidad.

Pero lo triste no es que los Gorilas se molesten, lo triste es que las víctimas del gorilaje prefieran seguir durmiendo en la tranquilidad de la vida estática, donde el victimario y la víctima confluyen en un acuerdo perverso. La víctima se queja de su padecimiento, pero no soporta que le aumenten la tensión, aunque sea para su liberación.

La confrontación insoslayable agita y despierta las buenas conciencias, pero fatiga y agobia las superficiales. No molesten la siesta del fauno. Aunque el tigre lo aceche, el animal adormecido querrá continuar en su nube de sueño. Semi víctimas y semi cómplices como todo el mundo, dijo Sartre.

Desde que Ibsen escribió "Un enemigo del Pueblo", sabemos interpretar el fenómeno que aparece a primera vista tan extraño, el que se persiga como enemigo al que pone a consideración una verdad inconveniente. Moctezuma mandaba matar al mensajero que le traía una mala noticia. La película Tiburón, hace pocos años conmovía las audiencias de cine. El que dice que hay peligro, el que enfrenta un enemigo real antes de que sea tarde, se convierte él mismo en un problema para los paralizados por la modorra de la vida.

Los cuentos alegóricos abundan en la literatura y en la historia universal. Y la Biblia está llena de esas fábulas ejemplificadoras.´Ahí está Moisés despreciado por los hebreos liberados de Egipto que se quejan de los sacrificios que tienen que pagar por su libertad. Ahí está Jesús molestando a la elite hebrea cuando trata de romper la alianza del Templo con el poder romano, porque se da cuenta de que eso conspira contra la libertad necesaria al hebreo para seguir la fe en un solo Dios sin tener que arrodillarse ante el dios terreno del Cèsar imperial. La historia está llena de San Martines como nuestro don José expulsado del lugar donde batalló a favor de la libertad. El camino del héroe está lleno de piedras. Juana de Arco muere en la hoguera. Eso no es ninguna novedad, nada de que asombrarse.

Es cierto que Cristina es soberbia, digna, provocativa, confrontativa, porque no se baja las bombachas como han hecho tantos varones con sus calzoncillos. Altanera y soberbia, defendiendo al débil contra el poderoso, crispàndolo, alterándolo, sacàndolo de su siesta de fauno en una nube de sueño, es considerada la enemiga del Pueblo, porque dice la verdad.


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