martes, 9 de marzo de 2010

GORILA.

Por Rufino Almeida.

En el devenir de nuestra historia, las clases sociales en pugna generaron calificaciones para condensar los atributos más temidos y odiados de sus enemigos.
Las clases opulentas, hicieron del "cabecita negra", la "chinita", o el más directo "negros de mierda", una parte del compendio clasificatorio del desprecio, la persecución social y la justificación para explotar y maltratar a los sectores populares.
Por su parte las clases oprimidas definieron a sus explotadores y perseguidores con un término que trasciende la significación opositora a un movimiento social como es el peronismo.
El "gorila" pasó a ser más que un antiperonista, un ser despreciable para el pueblo por su constitución ética, por su práctica política, por su ideología antisocial, por su ejercicio de la persecución de clase.
Para el pueblo el "gorila" no se mueve solo. Despliega su odio de clase en permanente complicidad con otros sectores sociales y poderes que sostienen con su silencio, - cuando no, con su aliento -, las barbaridades discursivas y las atrocidades prácticas de estos animales sociales.
El "gorila" justifica con su valoración de clase todas sus conductas autoritarias, sus negocios basados en la desgracia de las mayorías, y sobre todo las atrocidades que desata para obtener sus propios beneficios. Cualquier crimen individual o masivo, se convierte en un acto "necesario", fundamentado en preceptos divinos y leyes económicas irreductibles. Pero sobretodo, para el "gorila", cualquier aberración cometida por las clases opresoras son el resultado de la actuación necia de quienes se resisten a su poder. Siempre sus víctimas de clase, empresarias o personales son las culpables de sus acciones irracionales y execrables en realidad, para el sentido común, la justicia social y los derechos universales de la humanidad.
Los "gorilas" son en la conciencia popular los "vendepatria", traidores a la nación y a su origen. Adscriben a las políticas que promueven y favorecen a otras naciones, por que son socios de poderes económicos multinacionales y empleados de Estados enemigos. Integran los directorios de sus bancos y empresas, suelen instruirse en sus universidades para convertirse en integrantes activos de su "inteligencia" y de sus "fuerzas operativas". Se ubican como conducción de la partidocracia dependiente y de los gobiernos dictatoriales, siempre impuestos con el dinero empresario y extranjero para desarrollar sus planes de control de la economía y la geopolítica de los países sometidos.
La impunidad los lleva a desplegar cualquier acto perverso y violento contra el pueblo. Gozan de las garantías de sus cómplices y de quienes creen que se los controla negociando con ellos.
Tanto son impunes que se vanaglorian en público de sus crímenes políticos, económicos y sociales.
Además de enseñorearse en libertad de la ausencia de juicio y castigo, personajes como Juan Aleman se dan el lujo de insultar al pueblo, regodeándose en los medios de la peor práctica del genocidio del que supo participar: el robo y apropiación por los represores de los niños secuestrados y nacidos en cautiverio de sus padres.
Su odio de clase lo lleva a erigirse en ejemplo de los resultados de la impunidad reinante en la Argentina, cultivada en tantos años de "democracia" junto a sus cómplices y protectores. Admite con vanagloria, en las narices de la humanidad, que los genocidas de su clase se apropiaron de los hijos de sus víctimas, y va más allá. Con ausencia vil de todo valor humano y el desprecio de clase que lo guía, nos asquea diciendo que arrancar un hijo de la familia de sus víctimas torturadas y asesinadas, para con designio divino y siniestro reeducarlo, es encima un sacrificio asumido por el genocida, para el que "hay que tener estómago....."
Gorila, para la perversión de Aleman, sería una categorización político ideológica, una calificación casi académica.
En realidad nuestro pueblo tiene una definición más certera y específica, que está implícita en el de gorila, como parte de los atributos de estos personajes, pero que a Juan Aleman le cabe esta porción en un ciento por ciento. Es un "gorila”... Hijo de Puta.

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