Tomaron un día todas las manos del mundo, blancas y negras, todas, y en una masa amorfa todas las apretaron ,y forma de mano luego le dieron, dos manos hicieron, y esas dos te las dieron a vos, militante, y son las que ahora usás para pintar tu leyenda desahuciada, esa que clama por la suerte de otras manos, por la mano llagada y la otra encadenada, blancas y negras las manos.
Después hicieron de todas las piernas tan sólo dos, y son las que ahora estás usando vos, militante, para andar los barros de la patria pobre, de la selva atrincherada, de una larga marcha desafiante, para soñar entre nubes o para andar la guerra, en fin, para que vos con esas piernas, y es ese tu hermosa castigo, camines por todos los postrados de la tierra.
Y con los ojos lo mismo sucedió, mezclaron en un mar todas las pupilas, y de todos los colores el de tus ojos resultó, pues de todos los ojos hicieron sólo dos, que son esos que ahora estas usando vos, militante, viendo lo que otros no ven, lo que otros miran y no quieren ver, viendo más allá del azar itinerante. Y con tu boca lo mismo aconteció, tus brazos y tendones, tu lengua y tu riñón, y qué decir de tu corazón militante, y qué decir de tu corazón, militante.
Así que no permitas se te cansen las manos, los ojos se te nublen, las piernas se rindan, porque entonces estará cediendo la humanidad militante, que es tu propia humanidad, militante.
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